Bilbao, 1983
MITOS Y TABÚ
Un náufrago es un espíritu asilvestrado y en aquellas épocas los estudios de Bellas Artes tenían como misión preparar profesores de dibujo o dar un barniz cultural a jóvenes ociosos, por lo que decidió que iba a ser autodidacta y comenzó su profesión, como ilustrador en prensa y como escenógrafo en el pujante movimiento teatral que se desarrolló en el País Vasco en los años 80.
En 1983, se organizó en la Feria de Muestras de Bilbao “Arteder 83”, una muestra artística en la que participaban galerías y artistas, donde cada uno, en su stand, mostraba sus obras, mientras la mayoría del público pedía prospectos como en las habituales ferias de maquinaria agrícola o industrial. ¿Qué estoy haciendo, para qué, para quién? ¿Por qué, qué sentido tiene?… Fue su gran crisis.
A partir de aquí y, vista su obra posterior, para él se rompió el tabú de que en el arte moderno no tiene cabida ni la figuración, ni la comunicación, ni el artista que narra…
Nació en una época de grandes ideologías, tanto en la Política como en el Arte. Y las grandes ideologías marcan sus límites y su camino. En la política, el objetivo final de derrotar a la dictadura y conseguir la libertad estaba mezclado con la lealtad al partido y el sacrificio de aquellos comunistas como su padre Agustín y su tío. Ellos mantuvieron la dignidad y la llama de una oposición al franquismo, cuando la mayoría callaba y mejoraba su situación profesional, en aquellos años de bonanza económica que se vivieron en el País Vasco en la década de los sesenta.
En el Arte las vanguardias históricas, haciendo honor al término castrense, impulsaban artistas militantes que negaban las otras opciones de forma beligerante estableciendo cuál era el arte significativo y cuál no. Las vanguardias en su intento por destruir el Arte anterior, establecieron su doctrina sin renunciar al Museo, a la Institución (a la Academia), que así se convirtió en la única que podía revalidar el Arte.
Con la incipiente democracia llegaron los nuevos aires de Europa y EE.UU, entraron en tromba las corrientes artísticas de las últimas décadas, sin que los jóvenes artistas hubieran tenido tiempo para digerir los distintos procesos. Junto a las nuevas corrientes plásticas llegó también la época dorada del comic y Jose decidió abandonar la pintura y la escultura y volcarse en una disciplina que unía figuración y narración. Comenzó una etapa en la que la ilustración y la escenografía ocuparon el grueso de su actividad.
La crisis ideológica en política venía influida por su espíritu observador y reflexivo, no era un hombre de club, ni de partido, podía en él el espíritu del náufrago aunque nunca ha olvidado la lección aprendida en los duros años de la resistencia al franquismo, la solidaridad, el compromiso y la dignidad frente al poder o la intimidación.