Los Diez Mandamientos.
1.- Amarás al teatro entre otras cosas.
2.- No tomarás el nombre del autor en vano.
3.- Santificarás los estrenos.
4.- Honrarás a la compañía, al autor y al director.
5.- No matarás a ningún técnico, ni a nadie.
6.- No cometerás actos impuros, pero la pureza no existe.
7.- No robarás a la producción.
8.- No darás falsos testimonios, ni mentirás al espectador, ni engañarás a tu prójimo.
9.- No consentirás pensamientos dóciles ni deseos inútiles.
10.– No codiciarás los bienes de la Televisión.
Al igual que en el Renacimiento, los profundos cambios sociales, científicos, políticos y culturales, las nuevas técnicas aplicadas, permiten que el siglo XX –en el terreno teatral– sea una continua búsqueda de espacios imposibles, de lugares de exhibición atípicos, de propuestas insólitas, de fusión, de aventura intelectual, de duras competencias, de presiones y pasiones que, a la postre, dan como resultado un interesantísimo abanico de recursos dramáticos, teatrales, que nuestro nuevo siglo tendrá que ir completando para poder seguir construyendo un mundo lleno de emociones.