Azul inmenso, 2001.
La manipulación de libros para convertirlos en objetos artísticos (libros de artista) es una de las mutaciones más interesantes que se producen en el campo de la actividad creativa. La carga simbólica que el libro como objeto ha ido adquiriendo a lo largo del tiempo y de la Historia, su «herencia genética» por así decirlo, acaba sumándose a la nueva obra creada -precisamente- mediante la manipulación de sus formas.
Los libros aportan a este nuevo objeto artístico la intuición, la sospecha de ese inmenso caudal de historias y de sentimientos que encierran cada una de sus páginas.
El supuesto flujo emocional que irradia el libro, su presencia obligada como objeto referencial, sus reconocibles formas, su liviandad matérica, esa deuda genérica con sus imágenes o huellas impresas, la textura, su proximidad e incluso su cotidianidad, configuran y añaden valor prestado a la propuesta de reciclaje artístico.
Es intentar componer un espacio de resonancias narrativas e imágenes que se construyen sobre los restos de una metamorfoseada biblioteca imaginaria.
José Ibarrola. 2003