El viaje de una boya. 105x90cm. 2010

Cuando de pequeño me encaramaba a una roca en la playa

Pasase lo que pasase, el verano era un territorio de libertad del que no estaba dispuesto a renunciar y dentro de mi mundo infantil, la playa ocupaba la preferencia de todas mis patrias.

 

Cuando me encaramaba a una roca o hacía un dique con la arena, yo ya sabía que mi destino era desear ser naufrago.

 

Siempre acudía a un grupo de piedras que la marea baja dejaba al descubierto. Formaba mi pequeño archipiélago un conjunto lo suficientemente voluminoso de rocas y arena como para jugar a perderme en él. Los charcos que quedaban apresados entre las rocas reflejaban el cielo no siempre azul que me envolvía, poniendo un techo a mis sueños; las lapas, caracolillos, quisquillas, carramarros, anémonas o estrellas de mar eran mi fauna y los recovecos de las piedras mi cobijo. Como un pequeño Robinsón organizaba las tareas y objetivos que me permitirían sobrevivir en mi isla. Y jugaba, jugaba a ser naufrago. Aislado de los fantasmas que acechan a la tranquilidad infantil, construía con los restos de las mareas mi arquitectura emocional.

Como un gran barco. 122x150cm. 2002

De memoria el mar. 170x366cm. 1999

El horizonte es una convención que nos permite afrontar con cierta tranquilidad el desasosiego del vacío. Una ficción que inventamos para no cegarnos con su inmensidad. Es una línea que atraviesa nuestra mirada, que diluye nuestro sentido de la medida. Una línea horizontal que divide el espacio en dos y nos invita a seguir su recorrido, a explorar sus límites; es el territorio fronterizo de la ensoñación.

 

El horizonte es allí donde transcurre lo inalcanzable.

 

Texto para la exposición titulada:
El horizonte que me dice.

 

José Ibarrola

2010

Como una cuña. 61x122cm. 2008

Resaca. 49x35cm. 2009

Boya. 30x40cm. 2009

Boya naúfraga. 122x65cm. 2010. 

Arquitectura básica. 100x120cm. 2011

Arquitectura básica. 100x120cm. 2011

Arquitectura básica. 100x120cm. 2011

Arquitectura básica. 100x120cm. 2011

El viaje de un paraguas. 65 x 49 cm. 2013

La brisa que te hace bailar. 43x121cm. 2002.

Serie piscinas. 70x40cm. 1995

La memoria es el motivo conductor, el concepto fundamental de la obra de José Ibarrola. Es una memoria aplicada a los recuerdos de infancia, a los paisajes rurales y urbanos, a los territorios de fabulación, a la referencia cotidiana. (…)

 

Las playas, el mar, las piedras, las bañistas, el patinador, los restos industriales, los motivos portuarios y hasta los barquitos de papel brindan un motivo poético para la nostalgia bien entendida. Introducen una componente de ternura en una obra que frecuentemente no está teñida de optimismo. Al contrario. Desprende una sensación de realidad pura y dura.

Extracto de: Llueve a Mares.
Once comentarios, a modo de pinceladas, con motivo de una exposición de José Ibarrola

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Artefactos

2013-.

Pecio. 50x50cm. 2007

jose-ibarrola-artefactos-8

Artefactos de marea (1). 122x80cm. 2007

jose-ibarrola-artefactos-7

Artefactos de marea (2). 122x80cm. 2007

© Jose Ibarrola